miércoles, 17 de octubre de 2007

"Fue como estar viviendo una película"


Lo señaló a LA NACION Rocío Brazeiro, usada como escudo por un delincuente. Rocío Brazeiro sonríe. Pese a vivir en tan sólo nueve días dos experiencias que hubiesen traumatizado a cualquier persona, se muestra tranquila. "Pensé que era una broma. Fue como estar viviendo una película", dice la joven de 19 años a LA NACION, al relatar lo que sintió el sábado pasado, cuando fue tomada como escudo humano por un ladrón, que cayó abatido por un tiro. Ese día, Rocío se bajó del tren a las 8.30 en la estación Zeballos, de la línea Roca, para ir a su trabajo. Pero no llegó. Un peligroso delincuente, apodado "Manotas", la tomó del cuello y la utilizó como escudo para intentar escapar de un policía retirado. Según los investigadores, el ladrón había robado en una panadería, situada en la localidad bonaerense de Florencio Varela. Cuando intentaba escapar se cruzó con el sargento retirado Alberto Vallejos, que lo siguió hasta la estación. "Vi que un tipo le dice a otro: «Quieto», pero se hizo el distraído. La persona que gritó se abalanzó sobre el otro y lo bajó del tren tirándole de la campera. Ahí le gritó: «Alto policía». Fue en ese momento que me agarró y me puso el revólver en el cuello", relata Rocío, que atiende la caja de un almacén en Florencio Varela. Al ver que la vida de la joven corría peligro, Vallejos mató al delincuente, que tendría varios antecedentes por robo. Según le dijo la policía a la chica, "Manotas" sería el cuarto hermano de la familia fallecido en un robo. "Cuando le dispara, el ladrón se cae para atrás y yo me voy con él. Ahí me paré, lo miré y pensé: «¿Qué hago, me voy a trabajar?». Y fui. Cuando estaba a una cuadra del lugar del hecho, un policía vino corriendo y me dijo que tenía que ir a declarar", dice Rocío. Una de las cosas que más sorprendieron a la joven fue "la sangre fría" que tuvo el policía retirado a la hora de tomar la decisión de disparar. "Estoy agradecida, pero pudo terminar en tragedia. Igualmente, creo que actuó bien, porque el delincuente estaba jugado. Si el policía bajaba su arma, seguramente lo hubiera matado a él o a mí", sostiene, mientras juega con su sobrina Agustina. Pero éste no fue lo único hecho delictivo que vivió la joven. Ocho días antes, cuando estaba llegando a la misma estación y a la misma hora, un asaltante intentó robarle, y como no lo logró la tiró del tren. "No me llegó a robar nada. Pero esto no es nuevo. El tren es un descontrol. Fuman porro y toman vino sin control; nadie hace nada. Varela es tierra de nadie", dice. "A partir de lo que me pasó el sábado, cuando voy por la calle presto más atención a todo lo que me rodea. Además, voy a cambiar de trabajo. No quiero viajar más a esa estación", agrega. Rocío es la tercera de nueve hermanos. Por eso, en la tranquilidad de su hogar se siente segura. "Vivo sin miedo, sin preocupaciones. Yo no sé qué pasará de ahora en más, pero en tren no viajo más", sentencia Rocío.

Santiago Dapelo, para La Nación de Buenos Aires.

2 comentarios:

Hisae dijo...

Realmente, situaciones que hubieran traumatizado a cualquiera. Visité Argentina hace dos meses. Me sentí muy seguro. Claro, no estuve en Varela...

Alleta dijo...

Uff, espero nunca tener que usar ese tren!!! Que terrible.

Pero esta frase me impacto: "Cuando le dispara, el ladrón se cae para atrás y yo me voy con él. Ahí me paré, lo miré y pensé: «¿Qué hago, me voy a trabajar?». Y fui.

Me imagino que la sangre fria de la niña se habra debido al Shock!!